Veredicto Científico sobre la Sábana Santa – Estreno 13 Abril

Presentación del film Veredicto científico sobre la Sábana Santa.

Estreno Sábado 13 de Abril a las 21h

Cines Zoco de Majadahonda, Av. España 51. Centro Comercial. (Abajo del todo) , Madrid.

Información: edisanjo2016@gmail.com

Sinopsis:

Más de treinta y cinco años ha llevado la recopilación de datos, fechas, estudios científicos, médicos e históricos, fotografías y esquemas para poder ver, finalmente un resumen videográfico fruto de un enorme esfuerzo.

La ciencia no está reñida con la Fe Católica sino que la apoya y la demuestra.

Prestigiosos científicos de muy diversas y variadas disciplinas han investigado la imagen-impronta del Hombre que aparece en la tela, llegando a la conclusión irrefutable de que estamos, sin lugar a dudas, ante el mismo crucificado del Gólgota: Jesucristo.

La mayoría de los ensayos o documentales sobre este lienzo se reducen a hipótesis pseudocientíficas con prejuicios antirreligiosos o disertaciones puramente piadosas. Este documental pretende analizar sin prejuicios lo estrictamente científico y en base a estos argumentar una conclusión espiritual.

 

3 comentarios en “Veredicto Científico sobre la Sábana Santa – Estreno 13 Abril

  1. Un cuento para Semana Santa
    Voy a contarles una historia como lo hizo mi esposa, algunos hechos fueron cambiados y los nombres no aparecerán, sucedió en una gran ciudad y, tal vez, sus habitantes se hayan olvidado de ello. Esta historia nos va a decir algo importante a todos en estos tiempos.
    Había un hombre que vivía con su mujer en el campo, el hombre se dedicaba a vender creo artículos de limpieza, el hombre y la mujer eran buenos. Un día otro hombre acompañado por unos secuaces secuestró al vendedor de artículos de limpieza, lo descuartizó y lo dejó en el baúl de su auto. Los asesinos estaban drogados.
    Para aquellos que preguntan cuál fue el motivo por el que los asesinos lo mataron, les daré la única razón que existe para hacer algo así, por maldad.
    El asesino fue enjuiciado y condenado y se lo puso en la cárcel. En la cárcel el asesino no tuvo que trabajar para pagarle los sufrimientos y daños a la mujer, si trabajaba limpiando la celda como un adolescente limpia su cuarto el Estado, o sea, todos los ciudadanos incluída la víctima le pagaban un sueldo, también el Estado, o sea, todos los ciudadanos incluída la víctima le pagaron durante su estadía en la cárcel el alojamiento, la comida, los guardias que lo cuidaban, la asistencia sanitaria, la educación, etc.
    Ese criminal estudió abogacía, eso se lo permitieron no solamente las leyes, los jueces, sino también la misma universidad y recibió el título de abogado, por supuesto, especializado en derecho penal porque gran parte de los criminales que estudian abogacía por algún motivo oculto se especializan en derecho penal.
    Hace unas semanas nos fuimos con mi esposa a dar una vuelta por el campo y paramos en una vivienda que era de un tambero y que estaba cerca del río. El hombre nos recibió muy bien con su mujer, él se llamaba Sergio y ella Alejandra. Estaba preparando unos pescados y tenía cerca de la casa los terneritos para cuidarlos. La gente del campo tiene una amabilidad especial. Ese hombre y esa mujer trabajaron duro para pagarle la educación al delincuente.
    Hace unos años mi mujer se encontró con la víctima, la esposa del vendedor, estaba desolada, le contó que el que había asesinado a su marido estaba en libertad y ahora era un abogado, ella tenía cáncer, mi mujer sugirió que era por la injusticia que sufría.
    Pueden los abogados penalistas afirmar que el sujeto pagó su deuda a la sociedad pero en realidad la sociedad y la víctima son las que le pagaron al delincuente la habitación, el vestido, la comida y la educación superior en condiciones más que favorables, por supuesto, que después de recibido como profesional no debió devolverle al Estado, o sea, a la sociedad y a la víctima lo que se había invertido en educación y en su custodia ni tampoco indemnizó con su trabajo a la víctima.
    Podrá algún profesor de derecho penal afirmar que se lo reinsertó exitosamente en la sociedad y que el sistema funciona pero la verdad es que si se lo dejaba en libertad sin ponerlo en la cárcel nadie podía asegurar que necesariamente volvería a delinquir por lo que nadie puede asegurar que la carcel lo hizo mejor persona y, por otra parte, nadie puede asegurar que no vuelva a delinquir porque sea un abogado.
    Hace dos días atrás encontré al abogado hablando con un político en una esquina seguramente de las garantías y los derechos para los delincuentes. Doy vuelta la cuadra y venía esa mujer, encorvada, con la tristeza en la cara y me dije: sin duda para crucificar a Jesús se necesita liberar a Barrabás.
    Ella me miró y sentí que veía a Jesucristo llevando su Cruz hacia el Calvario.
    Uno pensaría que la pregunta a formular es ¿por qué Dios permite tales injusticias? Pero, a decir verdad, la respuesta me la dió mi mujer, luego de ver el noticiero la noche del Martes afirmó antes de apagar la luz: los argentinos debemos haber hecho algo muy grave para que pase todo ésto y recordé, en ese momento, los docentes de la Facultad de Derecho, sus directivos y los políticos del Congreso y recordé a un pueblo que elige siempre a Pilatos y a Herodes.
    Alberto Ramón Althaus

  2. Un papa puede ser y no ser hereje
    Esta primera afirmación parecería estar en contra del principio de no contradicción que claramente enseña que algo no puede ser y no ser al mismo tiempo y desde el mismo punto de vista por lo que debo aclarar que afirmo que un papa puede ser y no ser hereje en distinto tiempo y desde distintos puntos de vista.
    Un papa puede ser reconocido como hereje por cualquier católico y no necesitar ningún procedimiento previo para reconocer la herejía y al hereje porque cada católico conoce su fe y si un papa enseña algo manifiestamente contrario a la fe, entonces, eso es una herejía para el católico.
    Es decir, un católico sabe que es una herejía enseñar que hay circunstancias subjetivas que permiten dar la Eucaristía a los que cometen adulterio sin arrepentimiento y sin voluntad de enmienda porque el adulterio es pecado mortal. Un católico puede contestar las dubias que le presentaron los cuatro cardenales al papa. Un católico puede claramente establecer si enseñar a los sacerdotes a dar la comunión a personas de otras religiones es una herejía.
    Por lo que un católico puede saber, en ciertas ocasiones, si un hombre y un papa es hereje o no, esta es una cuestión de fe y afirmar lo contrario no es católico.
    Ahora, para la Iglesia o desde el punto de vista de la Iglesia para declarar a alguien hereje es necesario iniciar un proceso establecido en el que se le da la posibilidad a la persona de recapacitar sobre la herejía cometida y corregirse, en el caso del pontífice los procedimientos son complejos.
    Entonces, podemos decir que desde el punto de vista de la Iglesia y hasta que no se lleven a cabo ciertos procedimientos no se puede concluir en declarar hereje a un pontífice. Las palabras declarar hereje hacen referencia a un procedimiento.
    Por lo cual, si bien cualquier católico podría afirmar ante ciertas manifestaciones escritas y verbales y acciones si un hombre y un papa es o no hereje no puede saber si ese papa se obstinará hasta el final si la Iglesia lo corrige, aquí tendríamos dos sentidos para la palabra hereje por el primero sería hereje aquel que ha dicho o ha escrito algo que es contrario a la fe o que ha cometido herejía, el otro sentido, de la palabra hereje a la cual agregamos declarado por la Iglesia la utilizamos para señalar que es hereje declarado por la Iglesia aquella persona contra la que se termina el procedimiento establecido por la Iglesia para declararlo tal.
    Es decir, desde la simple comprensión de lo que es la herejía un papa puede ser considerado hereje por un católico sino sería imposible para la Iglesia iniciara un proceso de herejía contra un papa o contra cualquier persona pero desde el punto de vista estricto de lo que entiende la Iglesia por declarar a alguien hereje es necesario un procedimiento que declare tal al hereje y le de la posibilidad de arrepentirse y corregirse.
    Es hereje actualmente y por sus actos y opiniones pero puede ser potenciamente no hereje si la Iglesia interviene y se corrige y no es aún hereje declarado por la Iglesia, tampoco, se puede saber si la Iglesia no interviene si perseverará en la herejía hasta el final.
    Por lo que frente a un hereje no declarado tal por la Iglesia docente pero que el católico de la Iglesia dicente reconoce como tal es conveniente para la Iglesia dicente dejarlo de lado y no escucharlo ni seguirlo sus dichos y acciones. Lo mejor es ignorarlo lo más posible.
    También, en el caso de que el papa fallezca desde el punto estrictamente técnico es conveniente que la Iglesia docente inicie un proceso para saber si hubo obstinación hasta el final en la herejía y declararlo tal para corregir sus errores.
    ¿Por qué afirmamos que cualquier católico de la Iglesia dicente puede saber si un papa es hereje? Porque decimos que todo católico conoce la religión y saber lo que es contrario a la religión y puede combatir una herejía cometida por un hombre y un papa, la historia de la Iglesia nos señala varios papas herejes o antipapas y señala como santos a los que se opusieron a sus herejías de la forma correcta.
    Pero, también, los católicos de la Iglesia dicente dejamos a la Iglesia docente que no ha llevado la corrección sobre la herejía cometida por un papa la posibilidad de continuar considerando papa a dicho pontífice y de acatar sus directivas mientras no sean heréticas y mencionarlo como papa en las Misas y estudiar sus escritos y acciones para seguirlos si están conformes a la religión y en lo que estén conformes a la tradición.
    Para los sacerdotes el papa aún hereje sigue siendo papa a los fines de la institución y mientras no se termine el procedimiento en su contra que lo declare tal. Ello no significa que los sacerdotes estén sujetos al papa en la herejía ni que deban enseñar esa herejía sino justamente lo contrario.
    Habiendo solucionado el problema al dejar a los católicos decir que un papa es hereje si cometió una herejía y permitirles combatir dicha herejía y resistir al papa en dicha herejía y a la Iglesia decir que no ha sido declarado hereje y sigue siendo papa si no se inició procedimiento en su contra, doy por terminado este tema afirmando que la mejor forma de tratarlo es decir que el papa puede ser un papa hereje no declarado, que un papa hereje declarado tal por la Iglesia deja de ser papa y es antipapa, y que la Iglesia dicente no debe seguir a un papa hereje no declarado en ninguna de sus herejía y que debe ser resistido por el católico en lo que es contrario a la fe católica y que la Iglesia docente debe promover urgentemente las medidas para evitar la confusión y daño de las herejías promovidas y buscar la rectificación por la salud de las almas del pontífice y de los obispos y sacerdotes que han fallado.
    Alberto Ramón Althaus

  3. Si hay dos ciudades sólo hay dos religiones
    Dos ciudades la ciudad de Dios y la ciudad terrenal, dos religiones la religión divina y la humana. Seguimos con nuestra explicación de la religión católica..
    Como señalamos con anterioridad el pecado original se relaciona directamente con el deicidio cometido contra Jesucristo, lo prepara, y con los ataques a la Iglesia Católica preparando el Apocalipsis.
    La desobediencia a Dios de los primeros hombres, Adán y Eva, para ser como dioses sabiendo que sólo existe un Dios implicó una rebelión y una aceptación de enfrentar a Dios y darle muerte.
    Dice Julio Meinvielle en De la cábala al progresismo libro del año 1970 en las págs. 17 y 18 que Santo Tomás enseña claramente que antes del pecado el hombre tuvo explícita fe en la encarnación de Cristo, en cuanto se ordenaba a la consumación de la gloria, pero no en cuanto se ordenaba a la liberación del pecado por la pasión y resurrección, ya que el hombre no fue conocedeor del pecado futuro. El conocimiento del misterio de la Encarnación se le concedió al hombre en el Sacramento natural del matrimonio (Génesis 2, 24), (Efesios, 5, 32). (Suma Teológica, 2 – 2, 2, 7)
    Es importante señalar la gravedad del pecado original y del pecado de Satanás este último conociendo también la encarnación de Cristo quiso dar muerte a Dios tentando al Hijo a desobedecer al Padre y matar el Amor entre Ellos que es una Persona, el Espíritu Santo, y Satanás es asesino desde el principio y divide para reinar.
    Los primeros hombres cometen el grave pecado de consentir matar a Dios al consentir el enfrentamiento con Dios consiguiendo ellos según creían ser como dioses por la desobediencia comiendo del árbol del bien y del mal, un acto de magia. No puedo saber si consintieron la muerte de Cristo, es muy posible pero por ahí ronda la gravedad del pecado original que los primeros padres heredaron a sus hijos y por qué fue voluntariamente realizado el pecado original y el deicidio de Jesucristo.
    Jesucristo transforma su deicidio en sacrificio de salvación para su Iglesia, carga con los pecados del mundo porque los pecados del mundo se dirigen contra Él y contra Dios y, luego, contra Él presente en su Iglesia en la Eucaristía y contra Dios presente en la Iglesia.
    El pueblo judío recibió de Dios el Antiguo Testamento pero fue tentado por el diablo a una religión diferente que tiene como manifestación la cábala. Por la cábala el diablo puso su enfrentamiento entre la Iglesia católica y la Sinagoga.
    La cábala enseña la religión humana de la ciudad terrenal, tiene sus orígenes en los pueblos como Egipto, Caldea y Babilonia donde fueron esclavos los judíos. El diablo preparó la Sinagoga por la cábala para enfrentar a la Iglesia. Las religiones humanas son una sola y es la búsqueda del hombre de ser como dioses o de ser Dios o de ser más que Dios como la Nada del budismo o la Nada y el Absoluto de la cábala o emanaciones de naturaleza divina, o salvarse a sí mismo como si fueran dioses por medio de un Mesías humano de un pueblo de Dios, un Mesías puramente humano como en la religión musulmana o en la cábala.
    Lo que el hombre que está en el pecado original y en pecado rechaza es el hecho de que no puede salvarse a sí mismo y que sin Dios nada pueda en materia de salvación, rechaza su condición de creatura y a un Dios creador y la distancia que existe entre el Creador y las creaturas.
    Lo que generó el rechazo del judaismo hacia Jesucristo no fue su condición de hombre sino su condición divina, los judíos esperaban un Mesías humano que represente el pueblo de Israel y la descendencia de ese pueblo para poder salvarse a sí mismos, rechazaron la salvación de un Mesías humano y divino porque no era el pueblo el que se salvaba a sí mismo sino que el pueblo era salvado por un sólo nombre Jesucristo que era divino y humano e Hijo de Dios y era Dios quién salvaba.
    La cábala les enseñó otras cosas les enseñó que el pueblo judío era divino, o sea, que cada uno de los hombres de ese pueblo compartían una naturaleza divina, había diez sefirot que eran emanaciones divinas de las que emanaban todas las cosas hasta los demonios y antes de los sefirot estaba el Absoluto y la Nada. De allí una metafísica diferente de la tomista como señala el Padre Julio Meinvielle, una metafísica que parte del hombre y se dirige al hombre, que no busca a Dios más que en la creatura en pecado y sin la gracia.
    Ellos creían que se salvarían a sí mismos sin necesidad de Jesucristo. Lo que rechazaban de la Iglesia era que fuera el único medio establecido por Dios para ser salvos, que fueran creaturas y no emanaciones de naturaleza divina, que fuera por gracia de Dios creador y distinto del hombre y por el anonadamiento del Hijo de Dios que todos pudieran ser salvos. La condición de creatura del hombre es lo que el hombre rechazó en el pecado y lo mismo Satanás y rechazó un Dios creador al que debía su ser de creatura o ser limitado y al que debía glorificar, rechazó un Dios distinto de la creatura y no aceptó su condición limitada de creatura.
    El ser creatura o participación del Ser de Dios en el sentido que cada creatura implica más seres pero no más Ser porque Dios es todo el Ser y es el que es, ello es lo que combaten todos los hombres caídos en pecado. No querer seguir los mandamientos, no aceptar las condiciones establecidas por Dios y no aceptar un Dios creador y la condición de creatura o ser limitado del ser humano.
    La cábala comparte con todas las religiones humanas esa rebelión contra la religión divina y contra la Ciudad de Dios. La cábala le hace el juego al demonio y en su desarrollo último lleva al satanismo aunque los que la estudian así no lo crean.
    Si bien los demonios se encuentran en el último de los sefirot hay que considerar que el principio de la cábala está la Nada y el Absoluto y que los tres primeros sefirot que formarían a Dios no son lo primero en la cábala sino lo es la Nada. La Nada está en dios y es previa a dios según la cábala por lo cual la privación de ser que es el mal es previo al ser que es el bien, los demonios dicen por medio de la cábala que ellos son lo primero y que ocuparán ese primer lugar en el futuro de ahí vinculos entre la cábala y la magia.
    Los logros del pueblo judío en la actualidad, los grandes éxitos conseguidos a nivel económico, político, cultural, etc. le refuerza el convencimiento de que la cábala tiene la razón y que podrán salvarse sin necesidad de Jesucristo y de su Iglesia.
    Por su parte, la Iglesia con pontífices que no son claros sobre el carácter único de la Iglesia católica y la necesidad de Jesucristo para la salvación de los hombres fortalecen las convicciones de los creyentes de la cábala y de las otras religiones humanas. Es más el misterio de la Iniquidad está obrando en este momento nos advertía el Padre Julio Meinvielle en 1970. Confirmar a los no creyentes en sus religiones humanas y la Contraiglesia está actuando fuertemente dentro de la Iglesia para generar una Iglesia de la Publicidad según el Padre Julio Meinvielle que quiere entrar en relaciones carnales con el Mundo y, por otro lado, la presencia de lo que Julio Meinvielle llamó Iglesia del silencio o pequeño rebaño de Cristo.
    Alberto Ramón Althaus

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