Exhaustivo análisis de las resistencias a la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia. Siguiendo con la tónica del anterior programa, el Dr. Galat y su equipo examinan a fondo quienes y por qué se niegan a aceptar el tristemente y ya famoso documento, alegando su ambigüedad y sus contradicciones manifiestas al magisterio de la Iglesia.
Poco a poco van alzándose voces que alertan a los fieles de la verdad.
Una semana más, damos las gracias al Dr. Galat y a su equipo de colaboradores por su claridad y por ayudar a formar buen criterio entre los que siempre le seguimos.
Es correcto que mujeres den la hostia consagrada y es correcto que se de en la mano de los fieles… la hostia no debería darse solamente por el sacerdote ?
Sólo el sacerdote puede administrar este sacramento, salvo en casos de extrema necesidad. Hoy en día por desgracia presenciamos numerosos abusos en este sentido. Extrema necesidad no es que haya muchos comulgantes y pocos sacerdotes. Tampoco las visitas a los enfermos justifica que vaya un laico con el viático. Debe ir el sacerdote, porque ni es necesario que el enfermo comulgue todos los días y además el enfermo necesita también del sacramento de la confesión.
Tampoco es correcto recibir el cuerpo de cristo en la mano, así se lo rebaja a categoría de vulgar alimento, se pueden quedar partículas en nuestra mano o caer al suelo en donde también está el Señor.
Tal como indica sobre la Sagrada Eucaristía el Concilio de Trento en el Canon 1:
Si alguno negare que en el venerable sacramento de la Eucaristía se contiene Cristo entero bajo cada una de las especies y bajo cada una de las partes de cualquiera de las especies hecha la separación, sea anatema.
Y aparte de el mayor riesgo de profanación al recibirlo de esta manera y la facilidad para efectuar robos.
Algunos justifican la comunión en la mano alegando que los primeros cristianos así lo hacían, lo cual no es exacto, ya que los primeros cristianos tenían un corporal sobre la mano, por lo que el cuerpo de Cristo no tocaba la mano sino la tela (corporal).