Relata Santa Teresa de Jesús en su biografía que estando enferma los médicos no saben qué hacer y su padre decide llevarla a Becedas, a ver a una curandera afamada.
Mientras espera que llegue el verano, comienza a confesarse con el sacerdote del lugar, la Santa Escribe: “Pues comenzándome a confesar con éste que digo, él se aficionó en extremo a mí. No fue la afición de éste mala; más demasiada afición venía a no ser buena”. La intimidad fue creciendo entre Teresa y el confesor quien al ver el gusto con el que la joven Teresa habla de Dios, y comparar su lastimoso estado moral, con la frescura de la joven monja con quien trataba y a quien confesaba, el sacerdote le confiesa su estado pecaminoso. Escribe la Santa; “Y no era poca cosa su perdición, porque había casi siete años que estaba en muy peligroso estado con afición y trato con una mujer del mismo lugar. Era cosa pública y con esto dice Misa”.
Ella se determina a que deje “la afición” a esa mujer, Santa Teresa describe así el hechizo: Procuré saber e informarme más de las personas de su casa (del cura). Supe más la perdición y vi que el pobre no tenía tanto culpa; porque la desventurada de la mujer le tenía puestos hechizos en un idolillo de cobre que le había rogado él, trajese por amor de ella al cuello, y éste nadie había sido poderoso de podérselo quitar”. Teresa arrancandole el idolillo de cobre que llevaba al cuello que la mujer le habia hecho llevar en muestra de su amor lo hizo arrojar al río rompiendo el hechizo, el efecto fue inmediato ,dejando el sacerdote de ver a la mujer y dando gracias a Dios por haberle librado del hechizo de aquella mujer que con malas artes lo tenía dominado. (volveremos a ver a Santa Teresa en otro artículo si Dios lo permite).
No son pocas, las veces que sacerdotes exorcistas tienen que exorcizar personas o bien poseidas, o por opresión demoniaca, muchas producidas por ir a “videntes”, “curanderos”, “brujos” y demás individuos que practican algún tipo de “arte” esoterico.
En este mundo del esoterismo quitando a los farsantes y aficionados que abundan mucho en él, luego están los que realmente saben lo que hacen, las personas que acuden a ellos pronto son atrapadas en el juego porque dicen, es que me ha adivinado mi pasado, mi situación actual e incluso cosas ocultas, si la Iglesia Católica prohíbe estas cosas es porque Dios las prohíbe ¿y entonces de donde les viene a estas personas estos poderes? Porque de Dios es claro que no ya que lo prohibe, luego vienen de Satanás, porque el conoce nuestro pasado, presente y también cosas ocultas, cosas que hacemos en privado o cosas que solo sabe otra persona y yo etc.
A estas personas les asisten los demonios y la gente va a que los demonios les aconsejen sobre su futuro,(muchos sin saberlo) esto es lo que pasa cuando la gente acude a videntes, a las cartas del tarot, la bola de cristal y los posos del te, las runas, y así un larguísimo etc que además sirve para sacarnos los dineros y no pocas veces la gente se arruina yendo a estos sitios, claro que sabiendo con quienes tratan (demonios) no podemos esperar más que pasen cosas malas y en el caso de que mejoren, pronto empeoran porque el vidente y Satanás quieren que vuelvan.
Pero no nos confundamos a estos sitios no sólo se acercan personas incultas o de pocos recursos o sin fe, también acuden empresarios de renombre, politicos, actores de cine y televisión, escritores de fama, cantantes encumbrados en las listas de éxitos, tienen por ejemplo a los Rolling Stones que se hacen llamar sus satánicas majestades, a los adictos a la cábala como Madonna y es que para Satanás un alma es un alma y si puede arrastrar a otros pues mucho mejor.
Por desgracia ya ni los sacerdotes (con honrosas excepciones) hablan de Satanás ni del Infierno, dicen que se asusta la gente y es precisamente lo que tienen que hacer, asustarse, a ver si ya que no hacen por salvar su alma por amor a Dios al menos lo hagan por miedo al Infierno, pero claro esas cosas están pasadas de moda, solo que los demonios son actuales y más actuales que nunca porque están en todas partes de nuestras sociedades ateas y anti-Dios, pero eso será en otro articulo Dios mediante.
Bendiciones .
Hermengildo Matamoros