Siguiendo con el excelente libro Meditaciones sobre la Santísima Virgen María del Padre Ildefonso Rodríguez Villar, es singularmente interesante la meditación sobre la virginidad de Nuestra Madre del cielo y las aplicaciones prácticas para nuestra vida cotidiana.
Valor de la virginidad
Pensemos sobre el significado de esta virtud misteriosa para Dios y para María. Sin consejo, sin mandato de nadie, sin ejemplo que imitar María parece adivinar lo que es la virginidad delante del Señor y sabiendo que su gusto y su gloria, se abraza decidida a ella.
María veía que esta virtud, por lo desconocida que era, no era apreciada. Que todas sus compañeras y su familia la considerarían como una deshonra, que el ser virgen le había de costar grandes disgustos y desprecios. Pero Ella sola fue capaz de darle con esta decisión, una gloria que compensó a Dios de toda la que quitan los pecadores con sus inmundos pecados. Mayor fue la alegría y la complacencia de Dios en el voto de María que puede ser la pena que la impureza del mundo le causa.
Pero el Señor preparaba la recompensa. Nunca queda Dios atrás y a la generosidad corresponde con nuevas gracias y favores divinos. Pareciera que María renunciaba a ser la Madre del Mesías, que esto ya no sería posible en Ella, como se lo dijo después al ángel. Y sin embargo el premio de aquel voto de virginidad no fue otro sino elegirla a Ella y designarla para Madre de Dios. ¡Que grande es Dios premiando!. Pero sobre todo cuando premia la virginidad y la pureza! ¡Que será esta virtud cuando así arrastra y enamora el corazón de un Dios.
Ser virgen es ser como los ángeles en la tierra, pero aún con más mérito, pues los ángeles son vírgenes porque carecen de carne y por lo mismo, no pueden serlo pero tú, con cuerpo carnal y corruptible, sujeto a todas las concupiscencias, en medio de un mundo corrompido sobre todo por la impureza, con la lucha constante de las pasiones que el demonio levanta alrededor de ti y a pesar de todo ser un alma, pura, casta y virgen, aunque parezca exageración, ser más un ángel, es ser la imagen de María.
Las almas vírgenes, ya sean mujeres u hombres tienen reservado un premio en el Cielo tan singular, que sólo ellas lo han de gozar y formarán la Corte de la Virgen de las Vírgenes.
Rafael María Molina Sánchez
Felicitaciones a Rafael María Molina por el acierto en este artículo.
Muy bien escogido.
Siga subiendo artículos sobre este tema de la pureza y virginidad.
Antonio Ruiz.