La resistencia del Este

En apoyo de los obispos polacos y ucranianos y de los mártires sirios e iraquíes.

Un tiempo, una encrucijada: (1717)-1917-2017.

El año 2017 se acerca poco a poco o “mucho a mucho”, el centenario de las apariciones y mensajes de Fátima y el centenario también de la revolución bolchevique. Hoy, 100 años después, pareciera que los peligros anunciados en Fátima hubiesen expirado y viviéramos en un oasis de paz y felicidad tras la caída del comunismo. O al menos así nos lo quieren vender nuestros gobernantes. Falso. El comunismo no cayó, y esto lo puedo afirmar por tres motivos:

1. El comunismo persiste en Cuba, en China, en Vietnam, en Laos, en Corea del Norte, con mayores o menores adaptaciones.

2. Los objetivos reales que pretendió la revolución bolchevique han tenido éxito en muchos países del antiguo bloque soviético. La erradicación de la fe, la destrucción de la familia, la extensión del aborto, la manipulación de las masas, ¿acaso no son “logros” duraderos en gran parte de los países de la antigua órbita soviética? Además, es preocupante pensar que Rusia ha seguido gobernada por los mismos perros con distintos collares: Gorbachov, el gran masón de la perestroika, que pilotó el simulacro del fin del comunismo, o Putin, el jefe de la KGB que sigue haciendo muy bien su papel, etc.

3. El comunismo persiste de alguna forma en Occidente también: nos gobiernan muchos antiguos comunistas reconvertidos, que ahora usan altas instituciones como la ONU o la UE para su pilotaje de tiranía “actualizada”, mientras se nos hace pasar como ídolos icónicos a criminales como el Che Guevara o se silencian los crímenes contra la humanidad del comunismo durante el s.XX. Las decenas de miles de agentes de la KGB esparcidos por todo el mundo durante los años de la guerra fría no se esfumaron con la “caída del muro”, muchos de ellos han seguido obedeciendo órdenes y cumpliendo un papel… ahora diferente, más sibilino, y por ello más siniestro.

El comunismo y el liberalismo son ambos hijos de la masonería (en 2017 será el tercer centenario de la masonería moderna, ¡qué año se prepara!), y esto ayuda a entender que estuviesen del mismo lado en la Segunda Guerra Mundial, tras la cual se repartieron el mundo para implantar en todos o casi todos los países sus sistemas inspirados demoníacamente. Y que luego hubiese una guerra fría que en realidad sirvió para extender su dominio masónico. En el fondo, estaban de acuerdo: en la URSS o en China se forzaba a abortar porque el Partido era dios y el bien del Partido era hacer sacrificios humanos al diablo, su amo (la excusa es que el tener muchos hijos no entraba en la planificación del Partido, el nuevo dios al que había que obedecer). En Occidente se empuja a abortar como algo bueno y se pagan los abortos (con nuestros impuestos), porque el bien del sistema es hacer sacrificios humanos al diablo, su amo (la excusa es ser libre y hacer cada uno lo que le dé la gana… es decir, ser esclavo de las pasiones y desnaturalizado, para mayor gloria del tirano que es el Príncipe de este mundo, el Diablo y su lugarteniente el dios Mammón).

En la órbita soviética todo lo decidía y planificaba el Partido, aunque sean normas que vayan contra la ley natural y la moral objetiva. En Occidente, todo nos lo imponen unos supuestos representantes nuestros a quienes elegimos cada pocos años, pero que son siempre los mismos, los que ellos eligen de antemano, sumisos al sistema en un coto cerrado de partitocracia liberal sumisa a los poderes masónicos y de la gran banca y grandes empresas. Sean de signo neoliberal o de signo neosocialista, todos de acuerdo en cargarse la ley natural y la moral objetiva e imponer sus normas aberrantes de ideología de género, divorcio, aborto, presión fiscal asfixiante, reescritura de la historia para borrar toda huella de patriotismo y de ideales nobles, cesión de soberanía política y económica a poderes mundialistas, etc. En un lado la libertad se llamaba cartilla de racionamiento; en el otro lado, tarjeta de crédito, préstamos e hipoteca.

Esto es más sangrante en España, país donde en agosto de 1936 estaba preparada una revolución bolchevique que empezaría por Barcelona y que el alzamiento nacional impidió, revolución que en realidad ya había empezado el PSOE en Asturias en 1934 y que Largo Caballero y otros habían predicado en sus mítines durante toda la II República, que para ellos no era más que un paso intermedio hacia la dictadura del proletariado, afirmando cosas como: “vamos legalmente hacia la evolución de la sociedad. Pero si no queréis [se dirige retóricamente a los demás partidos parlamentarios] , haremos la revolución violentamente. […] Tenemos que luchar como sea, hasta que en las torres y en los edificios oficiales ondee, no una bandera tricolor de una República burguesa, sino la bandera roja de la Revolución socialista” [i] . Indalecio Prieto, el otro gran líder socialista, surtido de armas pues gestionaba el suministro para la inminente revolución de Asturias, llegó a sacar un revólver en el Parlamento, amartillarlo y apuntar a un diputado de la CEDA, Jaime Oriol de la Puerta, el 4 de julio de 1934. Indalecio Prieto siguió en su escaño. Y no hay que olvidar que la España sometida al terror rojo durante la guerra civil implantó el sistema de torturas y asesinatos de la URSS en las “checas”, o que los líderes falsamente ahora llamados republicanos (como Santiago Carrillo) obedecían órdenes del Kremlin, llenaron España de símbolos pro-soviéticos (por ejemplo, la Puerta de Alcalá en Madrid albergó enormes retratos de Stalin, Litminov y Voroshilov, además del escudo de la URSS), gritaban (y obligaban a gritar a sus prisioneros y represaliados) “viva Rusia, muera España” (lema muy elocuente), intentaron obligar a apostatar a millares de católicos, sin éxito, creando una multitud de mártires, mandaron gran parte del oro del Banco de España a Moscú (510 toneladas), además de oro de otros expolios, así como numerosas obras de arte. La milagrosa victoria nacional evitó que la URSS hiciese una pinza soviética en Europa, controlando el Centro-Este de Europa y además España en el Oeste, con gobiernos títeres a sus órdenes. Hay que conocer la historia de lo que fue la División Azul y cómo se comportaron nuestros héroes españoles que fueron a “combatir al comunismo en su misma madriguera” pocos años después.

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Pues bien, todo esto en España se ha olvidado, o peor, se ha falsificado. Se traiciona continuamente la memoria de nuestros héroes y mártires, mientras se ensalza y se mitifica la figura de criminales antiespañoles. O peor aún, se trata a todos por el mismo rasero, como una página de la historia que “hay que pasar”, traicionando más vilmente su memoria y exponiéndonos a un peligro real hoy por ese falso buenismo. Todos nuestros dirigentes políticos, todos los grandes partidos, todo el sistema educativo, son unos gigantescos instrumentos al servicio de la traición y la mentira.

La necesaria resistencia al mal.

Los países más ortodoxos, del Este de Europa, cuyos jerarcas se sometieron y se “vendieron” al poder soviético lacayunamente, quizá para intentar -erróneamente- sobrevivir, han sucumbido prácticamente también. Pero esto no ha ocurrido en algunos países del Centro y Este de Europa: los países más católicos, como Polonia (la gran Polonia que ya libró a Europa del Islam en el cerco de Viena), Ucrania, Hungría o Eslovaquia, no han cedido así. Sus pueblos resistieron la peor represión, los mayores martirios (recuérdese el genocidio propiciado por Stalin en 1932-1933 en el que se provocó la muerte de 10 millones de ucranianos, el Golomodor), resistieron como héroes manteniendo viva su identidad, fuerza que les venía sobre todo y primariamente de lo Alto. La fe católica fue la que les mantuvo sin ceder su dignidad, su esperanza, sin vender su alma ni dejarse extirpar el corazón.

La nueva vuelta de tuerca del plan masónico-diabólico, usando como instrumento a la Unión Europea, está intentando oprimir a estos países vilmente, ahora con armas diferentes a las de los tiempos de la tiranía soviética. Se les echan a la yugular y muerden y babosean cual perros de presa, tachándolos de antidemocráticos, dictatoriales, tratando de aislarles, profiriendo incluso amenazas de sanciones, cuando Hungría, Polonia o Eslovaquia hablan de soberanía económica y financiera, o de fidelidad a su identidad, historia y cultura, o de no aceptar una invasión musulmana propiciada por intereses muy claros de los que sabe mucho el señor Soros [ii] , o de respetar la vida y legislar contra el aborto, o de no sucumbir al cambio antropológico y social de la ideología de género, o de promover la educación católica de las nuevas generaciones…

Y cuando las “presiones democráticas” fallan, sucede un nuevo “Katyn”, como fue el “accidente” (en el que murió el presidente polaco Lech Kaczyński, además de numerosas personalidades políticas, militares, civiles y religiosas) ocurrido el 10 de abril de 2010 en Smolensk, a tan sólo 20 km de Katyn (los masones son soberbios, como su padre el diablo, y no se contentan con realizar sus planes perversos sino que quieren dejar su firma en ellos).

Aun así, estos pueblos se levantan, porque detrás de unos grandes líderes hay también un gran pueblo (como español digo: ¡qué envidia!). El pueblo húngaro apoya más firmemente a su presidente Viktor Orbán, el pueblo polaco ha dado un apoyo abrumador al partido Ley y Justicia. Y con ese estímulo, Eslovaquia o incluso Eslovenia (donde se ha prohibido recientemente el falso “matrimonio” homosexual) han cobrado ánimo para sublevarse ante la tiranía de la eurocasta masónica europea.

Y como español me avergüenzo más aún de que sea un indigno representante nuestro, como Esteban González Pons (PP), quien en el Parlamento Europeo como vulgar matón amenazase [iii] (de forma indirecta, de poder aplicarle una “condena preventiva”) a la primera ministra de Polonia, para que su país se plegase a los mandatos de la masonería europea (acusando a Beata Szydlo de autoritaria e intolerante por no aceptar los “valores europeos”), insultando canallescamente a los nobles dirigentes del pueblo polaco, comportándose de forma vil e inmoral. Con toda razón, el eurodiputado Iwaszkiewicz [iv] comparó abiertamente a “los comisarios de la UE y los comisarios de la URSS”, por la presión sobre Varsovia.

¿El cumplimiento de La Salette?

Pues bien, la resistencia viene del Este. La traición, de Occidente, y muy particularmente de Roma. Recordemos lo sucedido el 12 de febrero de 2016 en La Habana. Se reunían Francisco y Kirill (patriarca ortodoxo ruso). Un hecho histórico… que tuvo sin embargo una agenda más política que espiritual: no se habló tanto de una reconciliación en la verdad de la fe católica, sino de planes que muy bien podrían haber sido redactados en la masónica ONU. Ni una palabra de apoyo a los católicos presos en las cárceles cubanas por resistir a un régimen tiránico. Tan poco apoyo a la Iglesia greco-católica ucraniana que ha resistido al comunismo que la persiguió y quiso abolir, con la complicidad de los jerarcas ortodoxos, que ahora, los católicos ucranianos asisten heridos y traicionados a que “su Papa” les deja vendidos y abandonados, olvidando su sufrimiento y sin pedir un mínimo gesto de la Iglesia Ortodoxa hacia ellos. El nuncio en Ucrania, Claudio Gugerotti, aunque intentó justificar a Francisco, lo hizo tan mal que dijo: “todos somos pequeños traidores“; el arzobispo mayor de Kiev y de Galitzia, Sviatoslav Schevchuk, escribió: “Muchas personas me han contactado para decirme que se sentían traicionadas por el Vaticano, decepcionadas por las medias verdades de la declaración y por el apoyo indirecto de la Santa Sede a la agresión contra Ucrania”.

Pero, ¿para qué resistir y predicar la verdad si la Iglesia Católica con Francisco pasa a ser “una Iglesia más”?. Todo sea por la (falsa) paz: qué fotos tan bonitas hemos podido ver, con Obama y Castro, Castro y Francisco. Todo sonrisas y buena sintonía. La sintonía del irenismo y del plan masónico. Hegel no habría soñado una síntesis dialéctica más perfecta [v] , el Reich alemán que él inspiró se queda en pañales al lado de lo logrado en Cuba por sus discípulos Obama, Francisco y el dúo Kirill-Putin (ambos con un pasado común en la KGB soviética; de hecho, si no hubiese sido así, no habrían podido llegar a los puestos que detentan en este momento).

En España tenemos al masón liberal Rajoy [vi] auspiciando, según órdenes de sus jefes, el ascenso de un partido neocomunista como Podemos, con un líder títere como Pablo Iglesias, a golpe de efecto televisivo de las televisiones controladas por el sistema, líder recibido amigablemente por Francisco [vii] , para cerrar el círculo. La síntesis sigue dando sus frutos… y preparémonos para los más amargos, que poco queda.

Obispos que no son canes muti.

Pero la resistencia viene del Este. Los Obispos ucranianos se presentaron en visita ad limina a saludar a Francisco un año antes de lo de Cuba. Pero no dejaron pasar la oportunidad de saludar a Benedicto XVI, toda una señal de dónde está su corazón, un gesto necesario para sentirse “un poco menos huérfanos”. Tras la declaración de La Habana este gesto cobra todavía mucho más valor y sentido.

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Los Obispos polacos son los que menos se arredran. Con su apoyo, se realizó un documental-entrevista en Polonia titulado Crisis. ¿Adónde nos lleva el Sínodo de la Familia? [viii] en donde el Cardenal Burke, Mons. Jan Pawel Lenga o Mons. Athanasius Schneider, entre otros, dijeron antes de la segunda sesión del Sínodo cosas como que:

– Las altas jerarquías emanan un montón de palabras dichas bellamente pero sin verdad en ellas.

– El relativismo doctrinal, moral y litúrgico está muy extendido, predominando en los seminarios y facultades de teología de todo el mundo.

– Algunos Obispos contradicen directamente aspectos de la doctrina católica, contra las verdades divinas, y esto se vio en el Sínodo de los Obispos cuando se introdujeron temas que no tienen que ver con la familia siquiera, como las relaciones homosexuales, hablando de elementos positivos en ellas, o también de esos elementos en relaciones fornicarias y adúlteras, negando la enseñanza sobre la indisolubilidad del matrimonio.

– Algunos que actúan en nombre de Cristo realmente son lobos con piel de oveja.

– Hay un intento radical de apartarse de la Tradición, el Magisterio y las palabras de Jesucristo.

– El “nuevo cuidado pastoral” del que hablan el Card. Kasper y su grupo no es más que una tapadera que esconde lo que se lleva haciendo en Alemania ya 30 años: admitir adúlteros al altar sin restricción, sin llevarlos a la penitencia. Bajo la cáscara de expresiones como “misericordia” o “abrir una nueva puerta” no hay más que un intento claro de ir contra el Sexto Mandamiento: esas falsas palabras provienen del diablo. Es una mentira, es una estrategia que va contra el espíritu de Cristo y de los Apóstoles.

– Tenemos que estar dispuestos a defender la verdad acerca del matrimonio incluso dando nuestras propias vidas, como san Juan Bautista.

– Ya estamos viviendo en un clima de cisma puesto que hay sacerdotes y Obispos que contradicen de manera evidente las verdades de Dios, y por sus pronunciamientos y acciones están separándose ellos mismos de algún modo de la verdad de la Iglesia, colocándose en una situación cismática.

– Si se acepta la tesis de los que quieren distribuir la Sagrada Comunión a los divorciados se habrá introducido una herejía en la Iglesia.

– Estas traiciones dañan al Cuerpo Místico de Cristo. Así Cristo continúa sufriendo.

– O estamos del lado de Cristo o del lado del demonio. No hay una tercera opción.

– La Iglesia no es una Iglesia de los Obispos o del Papa. Es la Iglesia de Cristo, y Cristo es la Cabeza de la Iglesia, su Jefe.

– El Papa nunca me ha dicho que no enseñe lo que la Iglesia enseña. Y si me lo dijese, como ya he dicho, yo resistiría.

– Tenemos que ponernos de pie y elevar la voz. De otro modo, Cristo nos interpelará: ¿por qué callaste?, ¿por qué no me has confesado delante de los hombres?

Durante el opaco Sínodo de la Familia (algo inédito: se prohibió a los ponentes difundir por escrito sus ponencias fuera de la sala del Sínodo, y la información oficial la centralizó el P. Lombardi y la Sala de Prensa vaticana, ofreciendo un resumen de las ideas de cada jornada, que no era ni detallado ni explicitaba quién defendió cada argumento), el presidente de la Conferencia Episcopal Polaca, Mons. Stanislaw Gadecki decidió tomar apuntes de todas las intervenciones y al finalizar los trabajos cada día los pasaba para ser publicados en la web de su Conferencia Episcopal: no publicaba sus ponencias, sino las de los demás, indicando quién había dicho cada cosa. El Card. Müller, apoyándole, afirmó que las ponencias  deberían publicarse, como se hacía en Sínodos anteriores, y que todos los cristianos tienen el derecho de ser informados de las intervenciones de sus Obispos. Sin embargo, a los pocos días el card. Baldisseri, secretario general del Sínodo, prohibió terminantemente a los Padres sinodales publicar las ponencias de los demás Padres sinodales, en una clara alusión a Mons. Gadecki.

Mons. Gadecki, ya había afirmado al finalizar la primera parte del Sínodo en 2014, que estamos ante una división entre los que son fieles y los que son infieles al Magisterio, y dijo [ix] : “nadie tiene la autoridad para cambiar la enseñanza de Dios“, oponiéndose claramente al acceso a la Comunión eucarística a quienes, sin el necesario arrepentimiento, permanezcan en pecado mortal. Vio en ello un intento de atacar la indisolubilidad del matrimonio. Denunció que el informe de la oficina de prensa vaticana fue parcial, reflejando que los Obispos eran favorables a “tener ‘piedad’ de los divorciados y admitirlos en la Santa Comunión”, cuando -dijo- la realidad era la contraria: la mayoría de los Obispos no se expresó así.

Mons. Schneider (natural del Kirguistán en tiempos de la URSS, Obispo en Kazajistán), comentando también la exhortación post-sinodal Amoris Laetitia, ha dicho [x] que contiene expresiones “objetivamente erróneas” y que “las consecuencias naturales y lógicas” de AL constituyen un “peligro espiritual real, que causará confusión doctrinal, una rápida y fácil difusión de doctrinas heterodoxas” y “la adopción y consolidación de la praxis de admitir a divorciados vueltos a casar a la Sagrada Comunión, una praxis que trivializará y profanará -digámoslo- de un golpe tres sacramentos: el sacramento del Matrimonio, de la Penitencia, y la Santísima Eucaristía”. Es más, anima a que en este tiempo de “gran confusión”, todos los católicos “que todavía toman en serio sus promesas bautismales deberían a una voz hacer una profesión de fidelidad, enunciando concreta y claramente todas aquellas verdades católicas que están socavadas o ambiguamente desfiguradas en algunas expresiones en AL”.

Obispos húngaros, eslovacos, sirios o iraquíes han llevado la contraria al “Papa de Lampedusa y Lesbos”, afirmando sin rubor que una cosa es acoger refugiados (que habrá que ver si lo son, y por cuánto tiempo acogerlos y dónde, y sobre todo cómo ayudar a que puedan regresar a sus países pacificándolos) y otra cosa favorecer una invasión musulmana de Europa cuyo objetivo es transformar socialmente todo un continente. Pero sobre todo señalan la soledad que sienten en medio del drama que viven en Oriente Próximo: ¿quién se preocupa de los cristianos sirios e iraquíes? Parece que no existen… y ciertamente, cada vez son menos, pues son masacrados en sus países y no son apoyados ni por Europa ni por Roma. El cristianismo en aquella región está así extinguiéndose: hay Obispos que ya no tienen fieles.

Lo que interesa es la inmigración (que no refugiados) musulmana. Y ya sabemos por el “vídeo-magisterio” de Francisco que “todos somos hijos de Dios” [xi] , y que “el proselitismo es una solemne tontería, no tiene sentido” [xii] . Así que ¿para qué necesitamos bautizarnos y convertirnos?, ¿no nos traerá más cuenta hacernos todos musulmanes, teniendo en cuenta que “el verdadero Islam y una adecuada interpretación del Corán se oponen a toda violencia” (Evangelii Gaudium 253)? O quizá mejor hacerse pagano, adorador de la “Pacha Mama“, culto que hizo el Card. Ravasi en Chile [xiii] y tras él varios Obispos de Chile [xiv] (el mismo cardenal que escribió una carta conciliatoria a sus “queridos hermanos masones” [xv] ). Es más, el mismo Francisco ha declarado recientemente, delante de un grupo de jainistas: “Nosotros, todos nosotros, queremos a la Madre Tierra porque es quien nos ha dado la vida y nos protege” [xvi] , aceptando de los jainistas una tirthankara como regalo, es decir, uno de los ídolos paganos que ellos adoran.

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Europa y la cristiandad resiste, al menos el Este, uno de los dos pulmones de los que habló Juan Pablo II (el otro parece contagiado por algún bacilo peor que el de la tuberculosis). Los mártires sirios, iraquíes, y los valientes polacos, ucranianos, eslovacos y húngaros, nos están sosteniendo. ¿Por cuánto tiempo si les seguimos y nos seguimos traicionando?

Un sacerdote.

i Discurso de Francisco Largo Caballero (PSOE) en Don Benito (Badajoz) el 8 de noviembre de 1933.

iv El Parlamento Europeo retiró a Iwaszkiewicz el 28 de enero de 2016 la inmunidad de que gozan los europarlamentarios, por una infracción de tráfico (circular a 96 km/h en una zona con limitación a 60 km/h). No sabemos si se usa la misma vara de medir con los demás europarlamentarios.

v Liberalismo y comunismo son la tesis y la antítesis de la que está emergiendo como síntesis un nuevo sistema global que me temo que presentará lo peor de “cada casa”.

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